Jimy, el senegalés que vive en La Plata y se hizo youtuber para mostrar a su comunidad
Tiene apenas 25 años y es mantero y vocero de su comunidad. A través de un canal de Youtube, aborda historias y demandas de sus compañeros de Senegal.
Hay muy pocos comerciantes del Paseo de Compras de Calle 12 que no conozcan a Jimy. El joven -cuyo verdadero nombre es Djiby- vive en La Plata desde 2015, tras haber hecho una larga travesía por el resto de Latinoamérica, y es uno de los 240 senegaleses que eligió la ciudad de las diagonales para tratar de sobrevivir y a la vez generar ingresos para enviarle a su familia en África.
Desde entonces hace base con su manta en la esquina de 12 y 58, a metros de un Banco Provincia que rara vez está vacío y que le garantiza -junto al rezo suave que sopla hacia su billetera cada día antes de emprender la primera venta- una jornada productiva.
A pesar de la pandemia, el centro de calle 12 está repleto y Jimy recibe a 0221.com.ar con una sonrisa que se adivina detrás del barbijo. Cuenta que tardó meses en volver a la calle por la emergencia sanitaria, pero cuando lo hizo no lo sacaron más. O por lo menos esa es la actitud que tienen él y sus compañeros a la hora de enfrentarse a un procedimiento por venta ilegal.
Mientras acomoda los productos sobre el paño, que van desde mallas de hombre-”de la temporada pasada, a ver si saco algo”- hasta auriculares y cargadores para celulares, se acercan varios clientes a consultar. No son pocos los que vienen recomendados por otro mantero, o incluso por empleados de una tienda formal. Es el caso de una mujer de 70 años que viene a buscar una tarjeta de memoria: agradecido por la referencia, Jimy le hace un descuento y al ver que la señora entiende poco de tecnología identifica la ranura y deja instalado el microchip.
“Jimy hace de todo”, le dice a su clienta, y le recuerda que “cualquier problema o falla, estoy todos los días acá”. Sus productos son más que nada ropa, accesorios como gorros, anteojos y barbijos y también tecnología para celulares. Es toda mercadería que, asegura, compra en el barrio de Once, en Capital Federal, para revender. Lo mismo hacen decenas de otros senegaleses en distintos centros comerciales de la ciudad como calle 7, diagonal 80 y calles 8 y 9.
Sobre ese y otros temas comparte su punto de vista a través de un canal de Youtube, “El negro Jimy”, un proyecto que arrancó hace apenas un mes y ya tiene 156 suscriptores. “Me defino como una persona que busca una salida. Para poder tener mis propias cosas y ayudar no solo a mi familia sino a cualquier persona que lo necesite. Y pienso mostrar con este canal a mi comunidad. Denuncio las mentiras que dicen sobre nosotros los senegaleses; y demuestro quién es el africano que está acá en Argentina. Porque hay mucha gente que no nos conoce”, dice, con un castellano marcado por el acento pero ya muy naturalizado.
Ya lleva dos videos cargados y en el primero entrevista a Bamba, otro senegalés que se dedica a la costura. A lo largo del video muestra los distintos productos que fabrica su amigo como prueba de que los senegaleses pueden dedicarse, y de hecho lo hacen, a un montón de otros trabajos más que la venta ambulante. En el segundo entrevista a varios transeúntes platenses -y extranjeros- y les pregunta su opinión sobre la presencia de senegaleses en la ciudad, con la intención de desmentir la presunta red de trata que denuncia el municipio. Más allá de los contenidos culturales, que quedan de manifiesto en ambos videos, su objetivo es por sobre todas las cosas político.
Es que su comunidad viene denunciando desde hace años hostigamiento y persecución policial por motivos raciales. En Argentina, que no cuenta con un consulado de Senegal, hay entre 2 mil y 10 mil habitantes de ese país viviendo en situaciones similares, o peores. “Es difícil estar acá. Trabajando en la calle llega la policía con Control Urbano y es un quilombo. Te secuestran las cosas, te buscan, te hacen enojar. Te tiran unas palabras feísimas… discriminadoras, racistas, y ahí saltás. A mí si me dicen algunas palabras me caliento enseguida, y salto. Ellos están re preparados, vienen con una cámara que graba todo lo que pasa, y cuando provocan eso no sale en el video. Pero cuando Jimy salta para golpear la patrulla por ejemplo, dicen ‘está rompiendo lo que nos pertenece’. Los argentinos van a decir eso. Y la realidad no es esa. Es que no quiero pegarle a la persona que me está discriminando y me descargo con el objeto. Esa es la realidad, pero muchas cosas no son como parecen”, se lamenta.
— En tus videos hablás expresamente de la cuestión racial. ¿Creés que La Plata es una ciudad racista?
— En La Plata no somos muchos, el problema es que somos llamativos. Un negro acá rodeado de miles de blancos llama la atención; a mí me van a fichar más que a los blancos, somos llamativos pero no somos tantos. Eso es lo que pasa. Bromeamos, nos juntamos, hablamos de todo como hermanos. Y cuando la patrulla viene queriendo sacarme las cosas, o lo que sea, se paran todos para defenderme a mí o a cualquier otro compañero. La gente acá nos re quiere.
— ¿Cuál es el objetivo de tu canal de Youtube?
— En el canal se puede encontrar experimentos sociales, y las partes buenas y malas de lo que estamos viviendo en La Plata. A veces pienso que lo que tiene el intendente en su cabeza es que somos tontos, gente que no sabe nada. Y yo le puedo enseñar muchas cosas, estoy seguro. Yo, negro, senegalés, 25 años, le puedo enseñar muchas cosas. Lo digo de verdad, acá, sentado desde el piso. Que deje de tomarnos como tontos, como gente inocente que no sabe nada. Nosotros tenemos muchas profesiones. El chico de aquella esquina es albañil profesional, y ahora está tramitándose un certificado para darle validez al suyo de África. También acá hay costureros, hice un video mostrando lo que saben hacer. Yo estoy acá hablando 4 idiomas. Que sepan que sabemos hacer muchas cosas.
— También fuiste modelo y ganaste un premio en el programa de Susana Giménez…
— Es que no solamente tenemos en la cabeza el ser manteros. Eso hoy voy a decirlo bien fuerte, que fui a una concurso que participaron como 500 modelos, todos blancos, todos de Argentina también. Fuimos, hicimos casting y seleccionaron a 18. Dentro de esos 18 pude salir entre otros tres seleccionados, y dentro de esos tres me seleccionaron a mí. Es gracias a un apoyo de la gente, gracias a Dios y gracias a mí cuerpo que trabajé día a día. Entonces no soy un tonto, tenemos algo, sabemos algo, y somos personas importantes. Estamos en la calle pero hay un montón de cosas que sabemos y podemos hacer.
Yo entreno todos los días, así que en Youtube también me gusta mostrar esas cosas, tengo experiencia. También vamos a mostrar comida senegalesa, cosas de nuestra religión. Si pudiera tener batería para filmar todo lo que somos y mostrarlo, lo voy a hacer. Solamente me faltan herramientas , pero cuando las tenga, todos los días me gustaría subir aunque sea un video para mostrar quiénes somos nosotros. Mucha gente todavía no sabe.
— Sos vocero de la Comunidad Senegalesa en La Plata. ¿Cómo se fue organizando la comunidad a través de los años?
— Antes éramos menos. No había muchos senegaleses. Éramos 20 o 30, ahora cerca de 240 y necesitamos una organización. No es que pagamos a los dirigentes ni nada, los voceros lo hacemos voluntariamente y no esperamos nada de nadie, solo ayudar a la comunidad. La realidad es que estamos siempre organizados. Antes eramos poquitos y por ahí no teníamos tantos problemas como ahora. No estaba este intendente.
Ahora sufrimos de muchas cosas, es necesario que nos organicemos mejor para tener mas fuerza. Para afrontar la discriminación. Y cada día sacamos cosas nuevas para mostrar de lo que somos capaces los senegaleses. No en fuerza, acá en la cabeza. Mostrar que somos manteros porque no tenemos oportunidades para salir de este puerto; pero que si no, seríamos otra cosa. En ese camino contamos con la ayuda de los abogados de La Ciega, a quienes no tengo palabras para agradecerles. Son gente que desde que empezaron nunca dejaron, y siempre nos apoyan.
— ¿Cómo viven en la comunidad? ¿Qué contacto tienen con sus familiares en África?
— Acá si se muere alguien allá juntamos plata, 100 pesos, 10 pesos, lo que tenga cada uno, y lo mandamos a Senegal, para su cuerpo. Su cadáver. Eso lo hacen humanos, gente, no lo hace cualquier persona. Yo saco mi plata y se la doy a otra persona; es un cadáver, está muerto, pero lo hacemos para mandárselo a su familia. Y lo hacemos siempre, es más, ahora tenemos que dar plata por una persona que se murió hace poco. Siempre nos hacemos cargo para mandarlo en Senegal. Y por otras cosas que están pasando también.
Nos organizamos adentro de la cuarentena: si a Jimy le falta una bolsa de arroz y Mustafa tiene una bolsa de Arroz, o Cheikh, se lo dan. ¿Me falta una leche? Alguien más me da una leche. Si a alguien le falta algo, yo le doy. ¿Tengo 10 mil pesos? Lo comparto con mi comunidad. ¿Entendés? Así somos nosotros, así. Y la gente quizá no lo entiende, no es algo que se vea mucho por acá en calle 12. Es diferente.
Nosotros sabemos que somos todos hermanos y que nos tenemos que ayudar los unos a los otros para poder sobrevivir en los días difíciles. Eso es. No es que somos una organización; esas son palabras de una persona ignorante. Por eso pedimos que si nos quieren sacar de la calle busquen otra manera. Y ellos saben cómo pueden hacer para sacarnos de acá sin ninguna violencia. La manera es brindarnos documentaciones y brindarnos laburos. Sin documentaciones no podemos laburar. Es la situación de la gran mayoría. Peor acá vienen cientos de patrullas, hasta infantería, para sacar a un solo muchacho. Para sacar a un solo muchacho que está buscándose la vida. Es una vergüenza eso. Si fuese solo Control Ubrano lo entiendo, pero vienen un montón de patrullas. Una caravana de una cuadra, toman, para sacar a un mantero. Una caravana.
— ¿Cómo es el vínculo que tienen con los agentes de Control Urbano?
— Son gente que hoy te sacan esta gorra y mañana la usan adelante tuyo. Qué bronca eso. Una vez le dije a un inspector que tenía puesto un cuellito que le había sacado a un compañero. Un cuellito tapándole la cara, así como barbijo. Le dije ‘mirá, el cuellito que tenés puesto es de uno de mis compañeros’. Te usan relojes, cadenitas… Y todas las cosas que nos sacaron, ¿dónde están? ¿Las quemaron? ¿Está todo guardado? A nosotros no nos devolvieron nada, ni un anteojo. Para mí está repartido y te lo usan adelante tuyo, adelante de uno que está sufriendo acá. ¿Sabés lo que me cuesta conseguir eso?
— ¿Dónde compran la mercadería que revenden?
— Mirá, esta gorra se vende en Once. Al que quiera la dirección, es Mitre y Pueyrredón. Plaza Mi-se-re-re. Ahí está. Si vos vas, tenés miles de gorras como esta. Comprás la que vos querés, venís acá y revendés como nosotros. Así hacemos. A la Salada vas y estos shorts Adidas se venden, está la Federal ahí mismo, adentro. ¿Y dicen que nos van a denunciar en el fuero federal? En la Salada hay policías de la Federal, y ahí se vende esta mercadería. ¿Qué problema tenemos nosotros? Los fabricantes están ahí, los que fabrican los shorts Adidas, los pantalones, están adentro de la Salada. Yo voy, traigo eso y lo revendo. ¿Y a mí me dicen que estoy en una organización? ¿Que alguien me da la mercadería, que lo que estoy vendiendo es un delito federal? ¿Y el que lo fabrica no? ¿El que no fabrica no, pero yo que lo revendo acá sí? Yo hasta ahora no lo entiendo.
Vamos a decir la verdad, son racistas. Nos apuntan como gente mala, pero lo que quieren ponerle en la cabeza a la gente nadie se lo va a creer. Nunca. Nunca encontraste un senegalés acá que esté parando a una persona con una pistola para robarle lo que le pertenece. Nunca lo viste. Andá a las cárceles, a ver si encontrás a un senegalés adentro. No. Porque no nos interesa lo que no nos pertenece; nos interesa lo que laburamos día a día. Yo me cago de frío acá pero la plata me sirve para vivir, punto, no quiero más.
— Ese envío de dinero también es parte de lo que hace a su vida acá en comunidad. ¿Cómo viven sus familias en Senegal?
— Si no mandamos este dinero nuestras familias no van a comer, no van a sentirse bien, a tener sus necesidades. Este dinero lo vamos a mandar sí o sí, por eso estamos acá, si fuera solamente por mi propia cuenta no estaría acá. ¿Si fuera solo por mi cuenta? No, no estaría acá. Yo solo me puedo manejar. Pero este sacrificio lo hago por mi familia. Si no fuera por nosotros mi país ya estaría fundido. Porque el gobierno que está son más pelotudos que cualquiera. Han robado todo lo que tenemos, todo lo que nos pertenece. Si no fuera por los que salen sacrificando su vida, estando en la frontera o cruzando el mar para ir a España y muriéndose ahí, o llegando acá y peleando día a día para conseguir unos billetes y mandárselos a su familia para que sobrevivan… el país estaría fundido. Senegal no existiría en el mundo.
— ¿Qué le dirías a un/a platense que nunca habló con un/a senegalés?
— Mirá, a mí me pasado que salgo del gimnasio, voy caminando por la calle, de noche. Me cruzo con un argentino y se cruza de vereda, me ve como negro y dice ‘ese negro me va a robar la mochila que tengo, el celular que tengo’. Al contrario, lo veo que le están robando y voy a ir a ayudarlo. Esa frase que usan, ‘negros villeros’, ellos lo toman como nosotros. Pero nosotros estamos acá para trabajar y luchar. No para maltratar o robar o hacerle mal a nadie. Nunca escuchaste de un senegalés que esté robando algo. Entonces les diría que si ven a un senegales caminando en la calle, esa es su seguridad. Yo viví muchas veces esto de salir a las 23 del gimnasio para ir a mi casa; y a veces sale gente a la vereda y se guarda de nuevo. No, no hagan eso, es feo, es muy feo. Nos toman como chorros.
— ¿Qué puede hacer la gente para difundir tus videos?
— Pediría más que que lo compartan, que lo consuman, que lo vean. Es mejor que hablar cosas erradas; que vean realmente lo que somo nosotros, que no inventen. Nadie gana nada en inventar. Solo fabricar mentiras. Que me sigan y vean mi trabajo, que busca mostrar quién es el senegalés que está acá en Argentina. No para tener muchas visitas, sino para que sepan que somos migrantes y tenemos nuestros valores. El que conoce a un senegalés lo sabe.
Publicada originalmente en 0221.com.ar, el 4 de octubre del 2020. Fotos: Nacho Amiconi para AGLP.